Era hermosa
sin siquiera sospechar que lo era
sin tener alas de mariposa
ni creerse una estrella.
Desde joven le pusieron el peso de la tristeza encima
y tuvo que aprender que la vida no siempre es justa
que el futuro también asusta
sobre todo cuando no promete alejar lo que nos lastima.
Y conoció el amor de la manera más dura
cuando te mira a los ojos, cuando te jura
que nunca te va a herir,
ella entendió que amor era sinónimo de mentir.
Vio como los ángeles que la rodeaban
caían uno a uno,
la decepción era el pan de cada día
y ella prefirió el ayuno.
Y así se fueron apagando sus ojos
a la belleza del mundo
con un dolor profundo
que la hacía más bella todavía,
su corazón tenía mil cerrojos
y su mente una casi imperceptible rebeldía.
Apareció en mi vida diciendo hola
y adiós al mismo tiempo,
fui su compañía cuando estaba sola,
fui el espejo donde vio sus propios sentimientos...
La última página de su historia aún no está escrita
y sé que me perdonará por no haberla amado como se debía,
a veces los viejos amores se nos llevan la valentía
o a tal vez es uno mismo quien la evita.
Mis ojos de papel,
mi hermosa luna de miel,
mi ángel sin alas,
la sonrisa que me saca de las malas...
gracias por sostener mi mano y ayudarme a borrar el pasado,
gracias por no olvidarme... yo tampoco te he olvidado.
PD: Una historia un poco triste sobre una persona hermosa, eso es ella, grandes cosas dichas en simples palabras.
PD2: Para conseguir lo que queremos sólo nos hacen falta pantalones.
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miércoles, 11 de enero de 2012
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